Para el comienzo del viaje

lunes, 25 de julio de 2011

Día 16 (24 de julio, Pokhara)

Nos pegamos otros madrugón, que hemos vuelto a quedar con Van Persie para hacer un treeking por la zona del Peace Pagoda. Sobre las 8.30 ya le tenemos en recepción esperando (esta vez con otra camiseta que no es la del Arsenal).

Primero vamos a la agencia de viajes, que el operador nos va a llevar en coche. En la agencia nos damos cuenta realmente de que Borja tiene la cara con unos cuantos buenos quemazos, como si le hubieran dado una paliza. Esto de quemarse estando nublado no parece ser nada bueno.

Empezamos el treeking y, no estoy muy seguro en que minuto pero en menos de 10, empezamos a sudar como si no hubiese un mañana. La primera parte es bastante dura, pero poco a poco llegamos a la zona llana, un camino bastante agradable. Entre descanso y descanso, Van Persie nos cuenta la situación de Nepal: de qué viven, la situación económica, política o la alta corrupción que vive el país. La verdad es que se agradece un guía que de algo de juego, no como el chófer de la India, que se dedicaba simplemente a gritar nombres de animales (aunque en su favor he de decir que era un chico simpático y muy servicial, raro en la India).

En un momento dado, le pido a V.P. que nos vaya sacando alguna foto, para no tenerlas todas posando. Error. El tío bate el record mundial de disparos por minuto al sacar unas 150 en menos de quince minutos (después en el hotel nadie me va a quitar mi media hora borrando casi todas las fotos que ha sacado).



Llegamos al Peace Pagoda, que es un edificio blanco en la cima de una colina en homenaje a Buddha, que nació en un pueblo cercano (en Lumbini exactamente). Nos sacamos unas cuantas fotos, nos cruzamos con los macarras de Phokara y nos tomamos una coca-cola en un bar cerca del edificio.



A partir de ahí comienza la bajada hasta llegar a una zona donde cogemos un autobús para ir al hotel. El bus es bastante peor que el que cogimos para venir a Phokara, pero nada se va a parecer al bus de vuelta de Pokhara a Kathmandu, que ya lo contaré mañana.

En el hotel pedimos al chico del hall que encienda los fogones y nos vaya preparando unos cuantos arroces, que hay hambre. Pero entonces llega el momento incómodo del día: el momento de pagar a Van Persie. El chico de la agencia nos dijo que eran 1500 rupias por día, por lo que le damos 3000, que sólo hemos estado unas 4 horas el día. Se queda esperando a la propina, pero somos estudiantes y no nos lo podemos permitir y además, como ya he dicho, simplemente han sido 4 horas.

Comemos y nos vamos a Lakeside nada más terminar (la zona turística de Pokhara), que Borja y Gurru tienen mono de moto. Yo me voy por mi cuenta a dar una vuelta, que ya tengo suficiente moto en Donosti.

Me tomo un café, facebookeo un poco, hago alguna compra y me voy a la zona del lago. Ahí conozco a un niño de 11 años (Dipsa). El chico es muy simpático y me dice a ver si me importa acompañarle a su casa, que tiene a su madre esperando en el portal. Le digo que, por supuesto, le acompaño y al llegar a su casa, su madre espera en la puerta.

Me invitan a pasar dentro y me sacan un café. La familia, muy agradable, me cuenta cómo es la vida en Phokara y cómo funcionan los coles aquí, aunque en poco tiempo me voy.

Mientras, a la misma hora y misma ciudad, Borja y Gurru dejan las motos a la media hora de haberlas cogido, que Borja está preocupado por sus quemaduras. Así que se van a un hospital, comen por segunda vez y vuelta al hotel.

Quedamos a las 6 pm en la agencia de turismo, que tenemos que pagar el rafting del día siguiente y, lo que no sabíamos, el coche de la mañana para hacer el treeking. Nos dice que la cantidad que queramos, y como no sabemos cuánto darle, le damos mil. Creo que le damos bastante más, porque el tío se pone contento.

Pero este chico nos cae bien. Nos da todos los detalles del rafting del día siguiente y, a partir de ahí empieza la clase magistral se marketing y RRHH. Da la casualidad de que reparte clases en la universidad, a parte de tener una agencia de turismo. Todo lo que nos dice nos da que pensar y, para meditarlo mejor, nos vamos a comer unos spaghettis a un restaurante cercano.

Parece ser que el camarero, a parte de ser camarero, alquila bicis también, porque intenta meternos unas cuantas para hacer excursiones.

Cenamos y nos vamos a tomar el cola cao al hotel, pero antes y de camino, Gurru nos da el momentazo del día: el martes se va vuelta a Donosti y le faltaba algo de dinero. Como le faltaba algo de dinero, pues se saca 30000 rupias (300 euros) y fuera. Ahora en serio, se le nubla la vista y ve un cero menos en la pantalla.

Llegamos al hotel y lo de siempre: cola cao, facebook y a la cama, que la vida nocturna de Pokhara no da para más (o la nuestra, que estamos muertos).

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