Para el comienzo del viaje

domingo, 10 de julio de 2011

Día uno y dos (delhi)

Después del duro viaje con escala en munich, y a pesar de las adversidades (niño gritando mientras dormimos, alemanas bordes detrás, etc), llegamos a delhi sobre las 9am sanos y salvos.

Nada más aterrizar, notamos la humedad de la india y cogemos un billete para delhi por unas 400 rupias (unos 6 euros). Sabiamos que nos iban a intentar timar, pero el intento se timo comenzó desde el primer momento: a medio camino, el taxista nos para en una oficina de turismo supuestamente "oficial", ya que casualmente el resto de las oficinas están cerradas. Ni una hora en delhi y ya nos la quieren meter. Declinamos la oferta amablemente y el taxista nos para en la estación de nueva delhi.

Recorremos con mochila en mano unos dos kms en busca de un hotel. Y total que nos pegamos una sudada que, como dice borja, ni en el min 90 de un partido. Después de inspeccionar dos hoteles, decidimos quedarnos en el tercero, que es el que mejor pinta tiene. Pero eso si, nos hacen pagar antes del check out y el precio inicial doblaba el final.

El hotel no tiene mala pinta, pero después de un par de intentos de timo, desconfiamos de cualquiera. Salimos pitando a inspeccionar la zona y descubrimos la verdadera india: mucha pobreza y miseria. Gente tirada en la calle, comiendo en el suelo, niños con enfermedad pidiendo dinero, etc.



Recorremos Pahar Gang (la zona mochilera) y batimos el record de intentos de timo: unos 30 se nos acercan en 20 mins ofreciendonos viajes u hoteles. Ah, y como no, también nos dicen que debemos ir a una oficina de turismo (eso si, oficial, que todos son del gobierno).

Sobre las 14 horas el calor, la humedad y todo lo bueno de India nos puede y decidimos comer en un restaurante de comida rápida hindú. La comida estaba buena, pero hasta entonces no conociamos lo que era la comida "spicy" de india.

Llevamos unas 5 horas en delhi y son suficientes para darnos cuenta de que estamos en un mundo completamente diferente: los coches conducen por donde les da la gana (ya que para avisar de su movimiento con un simple toqque de bocina es suficiente), las vacas ceden el paso en las carreteras y entre los chicos se ha instaurado una moda de llevar pelo naranja e ir de la mano.

Total, que después de comer decidimos dsscansar (2 días sin dormir o durmiendo en tienda de campaña y en el avión es muy duro).

Sobre las 19 horas no aguantamos más y nuestra adicción al facebook (y la necesidad de informar a la familia) nos llevan a un ciber de "high speed". Sobre la tarde la gente nos deja de agobiar y nos vamos acostumbrando al ambiente de la ciudad, lo que mejra notablemente nuestra estancia y percepción de delhi.

El resto del día normal: cenamos en un bar en la bulliciosa main bazaar y tomamos una cerveza en una azotea con unas amigas catalanas que hicimos en el aeropuerto de munich. Eso si, antes de retirarnos a nuestro magnífico hotel, donde nos espera un grillo (detrás del armario) con ganas de no dejar dormir a borja.

Al día siguiente madrugamos y decidimos cambiarnos de hotel (a uno con wifi y desayuno). Maletas al hombro, no pegamos otra sudada en busca del amax inn hotel. Un conductor de rickshaw nos ofrece una vuelta por delhi y aceptamos, pero en el hotel nos dicen que desconfiemos de esta gente, que seguramente nos quieran llevar a una oficina de turismo "oficial", y que el del gobierno está cerrado. Le decimos que no nos lleve a ninguna oficina y, efectivamente, el tío nos lleva a una. Le decimos que sabemos que la estación de tren está abierto, pero sigue insistiendo. Ni bajamos del tuc tuc.

Al final se decide a llevarnos a la estación, donde nos espera un "agente oficial del gobierno". Él nos indica que debemos ir a la agencia oficial de verdad y nosotros volvemos a picar. Para este punto ya no nos fiamos ni de nuestra sombra.

Total, que salimos de la agencia con chófer, con trenes y con hotel para 10 días, todo por un buen precio (o eso creemos). A parti de ahí ya nuestro chófer particular nos lleva a todos los sitios de delhi, pero el pobre no entiende ni papa de inglés, por lo que no nos da mucho juego.

Realizamos actos de buena fé durante el día: compramos helados a los niños, al chófer, damos algo de propina a otro níño y nos dejamos que la gente de aquí se permita el lujo de sacarse fotos con nosotros. En la mezquita de Jas Jamid la gente no para de sacarnos fotos, aunque puede ser en parte debido a la falda que nos ceden en la entrada a borja y a mí, que ni la mismísima shakira.



A la vuelta nuestro chófer y guardaespaldas nos lleva al hotel, donde nos duchamos y nos vamos pitando a cenar que, esta vez sí, al pizza hut (debido a nuestra necesidad de una dosis occidental). Alguna cerveza en otra azotea de main bazaar y al hotel, que mañana toca viaje a jaipur a la apetecible hora de las 7 de la mañana.

Saludos a todo el mundo. Los tres estamos genial, echando (algo) de menos a la familia, amigos y respectivas y poco a poco nos vamos acostumbrando a la acelerada vida de la india.

To be continued.

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